De fiesta en el museo…

 Podemos recordar que eran mediados del año 2011 cuando celebrabamos con orgullo la restauración del Museo de Arte Costarricense, institución que por ley debe resguardar las obras de arte producidas en Costa Rica. Una inversión millonaria que devolvió el color blanco perla al primer aeropuerto de Costa Rica.

 

Dicha restauración fue la primera y única buena noticia que hemos escuchado sobre este espacio museítico, gracias a que con ella se pudieron notar mejoras en el almacenaje de obras, mejores espacios en las salas de este museo y también un rescate al futurista aunque utópico modelo de museo que tienen en construcción. Pero tales detalles se abordaron cuando había buenas noticias por dar.

 

Hoy, finales de mayo, llega a nuestros ojos fotos de una fiesta de quinceaños en los interiores del Museo de Arte Costarricense. Es conocido que el lugar se prestaba para eventos, su segunda planta, su plazoleta y su jardín de esculturas; aunque ya no es lo mismo esucharlo de su directora Florencia Urbina, a verlo con nuestros propios ojos en las siguientes fotografías.

 

Es completamente indignante ver pubertos tomarse fotos junto a las obras de Leda Astorga y otros múltiples artistas que confiaron en esta institución el resguardo y exhibición de sus trabajos. En definitiva, un espacio público que todos nosotros cuidamos y protegemos con nuestros impuestos, resultó lugar de fiesta con alcohol, tabaco, música y grandes grupos de muchachos que solamente van a pasarla bien, sin importarle que el edificio patrimonial tiene más de 70 años, mostrando ignorancia cultural e histórica.

 

Pero tal y como recordamos, este no ha sido el primer escándalo, Coca-Cola llegó a mediados de junio 2011 y colocó cincuenta y dos botellas dentro del museo, como si fueran obras de arte, en lo que resultó una completa campaña publicitaria, que incluso proyectó anuncios en las paredes del lugar. Mientras artistas reclaman por la falta de espacio para exponer sus obras, Coca-Cola sí logra exhibir 52 botellas gigantes.

 

La línea entre arte y publicidad creativa fue muy delgada, pero resultó obvio que las botellas aunque fueran diseñadas por artistas costarricenses, todo pertenecía a una celebración de aniversario de una compañia embotelladora

 

Otra actividad criticada tiempo atrás fue un festival de yoga, pues para éste no solose utilizó la plazoleta sino también los canales de difusión, coordinación y apoyo mediático del mismo museo hacia la actividad de carácter privado.

 

A nosotros también nos tocó formar parte de las malas experiencias del Museo de Arte Costarricense, pues en octubre del año pasado realizamos una sesión fotográfica en el Parque Metropolitano La Sabana. Cuando requerimos sencillamente cambiar de ropa a las modelos, las autoridades del Museo nos negaron la utilización de los baños, aún cuando la institución es estatal y con entrada gratuita. Nos echaron a la calle, a pesar de que somos un medio que difunde la cultura, y fue Burger King quien sí tuvo la delicadeza de prestarnos unos sencillos baños sanitarios.

 

La más reciente mala noticia, fue el extravío y robo de pinturas de Franciso Amiguetti. Apuntando a que en administraciones pasadas había cierto desorden de contabilidad, inventario y otras cosas. Un doble pago a la empresa constructora, un sobregiro a los exdirectores del MAC y manipulación corrupta del inventario.

 

Con gran honestidad, la directora del MAC, abre la rendición de cuentas para observar esta “casa de sustos”. Sin embargo, nuestra decepción crece y crece. No sabemos quien mantiene el orden en este desastre, un Ministerio de Cultura que busca rescatar nuevos espacios, con una filosofía hacia el rescate de la identidad costarricense, nuestra historia y raíces. No obstante, vemos una bipolaridad y doble moral en todo el gobierno, hasta cada rincón.

 

¿Hacia donde va el arte costarricense?, caeremos en la comercialización y capitalización de todo lo existente, que fácil banalizar e ignorar los significados históricos de los museos, que gran error menospreciar el trabajo de los artistas.

 

¿Qué estamos haciendo con nuestra historia? ¿Qué hacemos con nuestra cultura? Seguiremos vendiendo nuestra identidad al mejor postor, a quien nos suelte más dinero o a quien tenga mayores contactos políticos. Si la situación del MAC cada vez es más decadente, es porque hemos perdido el valor real de lo que verdaderamente importa.

 

Cuando pensamos que nuestra historia y arte no es valioso, lo rebajamos a criterios de mercado. Si de verdad queremos una Costa Rica que valore lo patrimonial y el esfuerzo de nuestros artistas, debemos empezar por valorarnos nosotros mismos, en contra de la globalización. Y no dejarnos aplastar por semejantes abominaciones de ignorancia.

 

(Al cerrar esta publicación, se da a conocer que Florencia Urbina, Directora del MAC, ha presentado su renuncia irrevocable: https://www.facebook.com/notes/prensa-ministerio-de-cultura/directora-del-museo-de-arte-costarricense-renunci%C3%B3-a-su-cargo/463375423676042)